Te leo, Laura, en tu blog.
No me conoces. Me llamo Álvaro.He seguido tu bitácora desde que la comenzaste. He leído los textos de tus amigos, y en muchas ocasiones he
estado tentado de escribirte, de participar espontáneamente en tu blog, como lo hago ahora, pues este cuaderno tuyo de internet me recuerda la costumbre que mi padre tenía de “responder” a cada libro, a cada lectura, cada vez que leía un libro en su biblioteca.Verás: él tenía el hábito de escribir un comentario de todos los libros que le gustaban, o que no le gustaban. Por eso, de casi todos los volúmenes que llenaban los anaqueles de los estantes de su inmensa biblioteca sobresa lía una cuartilla en la que podía leerse la opinión, o las notas, que él había escrito sobre aquellos volúmenes; ya fueran de ficción, de historia, de ensayo, o de poesía. Así, resultaba curioso el hecho de que de casi todos los libros sobresalía una hoja manuscrita, como si él interviniera, de esa forma, en las tramas, en los géneros y en los estilos que poblaban su biblioteca de historias, leyendas y versos. Seguir leyendo Una cuartilla en un libro
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Tiempo de lectura
Apagar la televisión y buscar un libro en la estantería, Paco, sentarse y leer un rato, en silencio, es un ejercicio recomendable, y saludable, Tanto como caminar durante un par de horas cada día, o reír a carcajadas, o tomar fruta a media mañana. Deleitarse en la lectura es como saborear un buen plato, como embelesarse con la música, como sonreír ante tu dibujo, como sentirse cautivo de unos ojos
Manifestante antisistema
Querida Laura:
Es frecuente opinar en una conversación informal con alegría y ligereza mientras tomamos una taza de café, bebemos una copa de vino o caminamos dando un paseo.
Es lo que habitualmente solemos hacer los españoles, tan amigos de la tertulia y de pontificar sobre todo lo divino y lo humano que nos rodea. Por el contrario, cuando alguien nos pide que pongamos por escrito una opinión concreta la verbalidad se restringe y las ideas y las palabras parecen no querer salir de nuestra mente. Tu solicitud es, sin embargo, tan seductora y el tema sobre el que me pides opinión escrita —el libro y la lectura— de tal interés que, a pesar de las limitaciones que acabo de señalar, no puedo negarte mi comentarioHe de decirte que juego con alguna ventaja y es que ya he opinado sobre el libro y la lectura en alguna que otra ocasión y que lo que voy a hacer ahora es actualizar, tan solo, mis reflexiones para poder contestar tu petición.
Verás, sostengo que, en nuestros días, el libro es el mayor y más útil agente antiglobalización que pueda darse y lo sostengo por dos motivos. En primer lugar porque el libro nos hace humanos, en segundo lugar porque nuestra relación con él nos pertenece de un modo total y absoluto. Un libro, cualquier libro, desde la “Iliada” de Homero hasta el último ensayo o poemario publicado es, en efecto, como ha afirmado Diego Gracia, una unidad de sentido, es decir una unidad capaz de simbolizar y transmitir valores. El libro, añade Diego Gracia, es por ello el instrumento en el que la cultura se condensa, se fija, se transmite y se entrega. Y como la cultura es propia del ser humano la conclusión es bien sencilla: el libro humaniza. Seguir leyendo Manifestante antisistema